Parece que nos hemos acostumbrado a las noticias sobre la acuciante situación de las pymes en nuestro país, pero la realidad es que las verdaderas generadoras de empleo se encuentran en un escenario realmente difícil. Y es que unas 130.000 presentan quiebra técnica y el 26% pasan por problemas de liquidez.
Y esto aún no acabado: el endeudamiento a través de créditos ICO y préstamos de diversa índole, el índice de morosidad entre los clientes, la inflación, la subida del precio de la energía, el aumento de los costes de producción, la consiguiente pérdida de competitividad y la caída de ingresos en la mayoría de sectores de nuestra economía… hacen que las perspectivas no sean muy halagüeñas.
Ante esta tesitura, nuestros gobernantes siguen poniendo a las empresas cada vez más pesas en los tobillos en forma de aumento de costes empresariales, subidas de cotizaciones sociales, incremento del tipo mínimo del impuesto de sociedades, alza del SMI… y un sinfín de trabas que no hacen sino agravar la situación.
Sin empresas no hay país y, si siguen tensando la cuerda… se romperá.