El alza del Salario Mínimo Interprofesional (actualmente en 965 euros al mes) será la primera iniciativa legislativa de 2022 que lleve el Ministerio de Trabajo al Consejo de Ministros, y una de las primeras grandes medidas del año para la coalición de Gobierno.
En mi opinión, atendiendo a la situación del mercado laboral, no es el momento de hacerlo.
Gran cantidad de empresas han asumido muchos costes con un deterioro considerable de los ingresos que les ha supuesto un fuerte desgaste, y se enfrentan a otros factores como el alza de los precios energéticos, la inflación y, como no… a una subida fiscal que les afecta en un 70% porque las compañías soportarán, en buena parte, el aumento de los impuestos. En concreto 2.271 millones, con el consiguiente impacto en sus costes fiscales.
Con ese panorama, la gran desigualdad en nuestro país sigue estando entre quienes tienen y no tienen empleo y, por eso, la prioridad debe ser crear puestos de trabajo, no incrementar sueldos.
Con la subida del SMI se lastrará aún más al tejido empresarial y esto afectará a la competitividad y al mercado laboral.
Ya lo advirtió el Gobernador del Banco de España: “el alza del SMI castigará a los sectores más débiles y tendrá efectos negativos en la economía ya que afectará especialmente a aquellos sectores económicos que van más retrasados en el proceso de recuperación, como el de los servicios o el colectivo de pymes”.
Crear empleo si es aplicar la justicia social.