La guerra en Ucrania: un terremoto con ondas sísmicas en España

Ucrania

Hasta tal punto llegan los efectos a la Península Ibérica que están en juego nuestros ahorros. De hecho, los bancos españoles están moviendo las carteras de sus clientes hacia productos de inversión ultraconservadores para cubrirles de posibles fuertes pérdidas derivadas del incremento de la volatilidad del mercado.

 

Además, peligra nuestro ahorro en la medida en que la escalada de los precios del gas y el petróleo refuerza la espiral inflacionista y aviva los efectos de segunda ronda, mientras que la incertidumbre podría elevar los costes de financiación.

 

Por otro lado, hay varios sectores afectados por la onda sísmica. Uno es el turístico. Con esta crisis están en juego cerca de 2.000 millones de euros derivados del gasto que realizan los visitantes rusos.

 

Otro sector es el agroalimentario, que tiembla ante el cierre obligado de fábricas y puertos en Ucrania ya que España tiene una dependencia absoluta de ese país que es el primer productor de semillas, harinas y aceite de girasol. España importa anualmente de Ucrania el 30% del maíz que necesita; el 60% de las compras de aceite de girasol y el 17% del trigo (Ucrania es el ‘granero de Europa’). Además, somos el primer país exportador de aceituna de mesa, y Rusia es nuestro segundo cliente.

 

Y, por último, hago referencia al sector inmobiliario ya que es posible que el conflicto bélico reduzca la demanda, paralice las inversiones y eleve -aún más- los costes de construcción.

 

Con este panorama…. Sólo queda esperar que la situación se arregle pronto.