Guerra contra los inversores

ibex

Este año hemos vivido un Debate Sobre el Estado de la Nación con un marcado cariz económico en el que, por fin, se ha reconocido que la inflación es el gran reto que tiene España, una enfermedad grave de nuestra economía que nos empobrece a todos y que no es solo culpa de la pandemia ni de la guerra en Ucrania.

La realidad es que la situación está complicada en toda Europa, pero no lo es menos que somos los líderes en el nivel de inflación (Alemania 7,9%; Reino Unido 9,1%; Francia 5,8%, Portugal 8%; Austria 7,7%) y que España se queda por detrás de sus principales socios en recuperación, pero muy por delante en tasa de paro y en déficit estructural.

La batería de medidas de estos meses no funciona, y además el “tope” de gas no baja la inflación. Hay que diversificar fuentes de suministro en energía, no limitarlas, y dejar de disparar el gasto público y el endeudamiento, que crece día a día e hipoteca nuestro futuro.

Frente a esto, las nuevas medidas anunciadas de un impuesto a los beneficios extraordinarios sobre las grandes energéticas y otro a las grandes entidades financieras  tiene como objetivo financiar las políticas de gasto y subvenciones que se están aprobando, ya que no tenemos capacidad de financiación por nuestro alto nivel de endeudamiento.

Y la reacción de los mercados no se ha hecho esperar.

El Ibex ha perdido casi 9.000 millones y seis millones de inversores, muchos de ellos, pequeños ahorradores, perdieron en cuatro horas casi el doble de lo que el Ejecutivo pretende recaudar con la banca: 5.300 millones.

Lo que supone en la práctica es que este Gobierno quiere igualar a todos por abajo aplicando peor fiscalidad a algunos y no mejor fiscalidad para todos; y que quiere arreglar la situación ‘metiendo la mano’ en las empresas y no tendiéndosela, con medidas confiscatorias que hacen que pierdan competitividad y que provocarán una falta de seguridad jurídica que llevará aparejada la huida del inversor.

No olvidemos, son las empresas son entidades globales que hoy tienen la sede aquí y mañana se pueden ir a cualquier otro lado.

 
Es urgente reducir la deuda pública y llevar a cabo un plan de consolidación fiscal pero, en mi opinión, todo lo que sea poner impuestos va a ser siempre negativo para la población ya que acabará repercutiendo en el cliente, bien subiendo los precios, bien subiendo las comisiones.

Lo pagaremos muy caro.

Seguimos desangrándonos…